Soy de una familia burguesa acomodada y en casa nunca faltó de nada. Bueno, quizá un poco más de atención por parte de mis padres. Mi padre fue elegido diputado durante la Revolución francesa, que fue una época movidita, así que no me hacían mucho caso. Para distraerme, me sumergía en la gran biblioteca de casa y así descubrí las matemáticas, el gran amor de mi vida.
A mis padres no les hacía mucha gracia esta afición y nunca tuve apoyo por su parte, ni me pusieron profesores ni nada parecido, así que me las tuve que apañar sola. Estudiaba a escondidas de noche, cuando todos dormían, aprendí latín por mi cuenta para poder leer más escritos y así, entre mis libros y mis ganas, logré un buen nivel matemático.
El hecho de haber sido autodidacta me dejaba ciertas lagunas que a veces lastraban mi aprendizaje, pero a cambio me permitían afrontar los problemas de una forma original y diferente.
Como las chicas no podíamos ir a la universidad 🤦♀️, conseguí hacerme con los apuntes y empecé a presentar los trabajos con un pseudónimo masculino ‘Monsieur Antoine-Auguste Le Blanc’. Al final del curso, el famoso profesor Lagrange quiso conocer al autor de tan magníficos trabajos, y claro, me pilló.
En mi época se llevaba mucho eso de cartearse con otra gente, y establecí correspondencia con el gran Gauss, lo mejorcito de las matemáticas del momento, y seguí utilizando mi pseudónimo masculino por si acaso le incomodaba hablar sobre matemáticas de tú a tú con una mujer.
A base de demostrar mi enorme capacidad me fui haciendo un sitio en las matemáticas: gané un concurso de la Academia de Ciencias a la que por fin pude acceder, me relacioné con gente importante, de esa que da nombre a teoremas y ecuaciones (Fourier, Laplace, Legendre, Poisson,…) y os he dejado para vuestro disfrute un buen puñado de aportaciones en teoría de números y en la teoría de la elasticidad…
Y sí, modestia a parte, yo también soy de esa gente importante que le da nombre a cosas, en concreto al Teorema de Germain que dice: “Sea p un número primo para el que existe al menos…”, pero bueno, que me conozco y no me quiero liar ahora con esto. Os lo dejo de deberes para casa. 😉

