Soy de una familia burguesa acomodada y en casa nunca faltó de nada. Bueno, quizá un poco más de atención por parte de mis padres. Mi padre fue elegido diputado durante la Revolución francesa, que fue una época movidita, así que no me hacían mucho caso. Para distraerme, me sumergía en la gran biblioteca de casa y así descubrí las matemáticas, el gran amor de mi vida.
A mis padres no les hacía mucha gracia esta afición y nunca tuve apoyo por su parte, ni me pusieron profesores ni nada parecido, así que me las tuve que apañar sola. Estudiaba a escondidas de noche, cuando todos dormían, aprendí latín por mi cuenta para poder leer más escritos y así, entre mis libros y mis ganas, logré un buen nivel matemático.
Sigue leyendo «Sophie Germain, matemática»