Cuando era pequeña, en casa tuvimos algún que otro apuro económico. Yo aportaba lo que podía, que era destacar en los estudios para recibir una beca y no ser una carga más para la economía familiar. Según crecía era más evidente mi inclinación hacia las ciencias y me apunté a la Universidad Cornell, a pesar de la oposición de mi madre, que creía que eso de tener un título superior me pondría más difícil lo de encontrar marido. Ya ves tú qué problema, desde pequeña he sido muy independiente y algo solitaria, y me he apañado siempre bien yo sola.
Me matriculé en Botánica y, cuando llegué a la asignatura de ‘Genética I’, descubrí lo que quería hacer el resto de mi vida, primero como estudiante y después como profesora e investigadora. Me dediqué en cuerpo y alma al estudio genético del maíz, describiendo sus cromosomas, sus procesos biológicos, desarrollando nuevas técnicas de trabajo y sacando numerosas conclusiones.
Sigue leyendo «Barbara McClintock, genetista»
