Ronald Mallet estudió ciencias físicas porque un sueño le acosaba desde niño; viajar al pasado y advertir a su padre del mal de corazón que éste padecía con la esperanza de salvarle de una muerte prematura. El dolor de aquella pérdida y una obsesión siempre viva llevaron al joven Ronald por los caminos de la física teórica. Fue un sendero tortuoso y por él avanzó con un pesado equipaje que solía mantener en secreto, el deseo de construir una máquina del tiempo. Él mismo nos relata en su libro «Time Traveler«, escrito con Bruce Henderson, cómo logró conciliar razón y corazón, una historia personal llena de ciencia.
Es sorprendente y magistral la forma en que ambos conducen al lector por los avatares de la física. Desde cómo Mallet conoció el trabajo de Einstein, a sus años de formación académica, sus primeros pasos en la aplicación del láser a la industria y los proyectos de investigación en los que participa desde la Universidad de Connecticut. Cuentan con habilidad, y en palabras sencillas, ideas clave de las teorías más complejas; cosmología, relatividad especial y general, agujeros negros y campos gravitacionales son los ingredientes, entre otros, que este científico combina en su afán por comprender la naturaleza del espacio y el tiempo.
A la deriva en remolinos de luz
Pero, ¿qué le hace pensar que es posible viajar en el tiempo? Bueno, en realidad no pretende que la gente visite el pasado o el futuro como tanto se fantasea en la ciencia ficción. Sus investigaciones se centran en partículas subatómicas como los neutrones o en hacer viajar información, cosa que también da pie a imaginar increíbles aplicaciones. El caso es que a partir del trabajo de Einstein, Mallet plantea que un rayo de luz láser gire en círculos para crear un campo de gravedad que a su vez provoque una torsión del tejido espacio-tiempo.
Según su teoría y sus desarrollos matemáticos, si esa torsión es intensa puede originar un bucle; de tal modo que pasado, presente y futuro dejan de marcar un camino lineal sin vuelta atrás. ¿Qué le pasaría a una partícula que es arrojada a ese torbellino? Pues eso es lo que intenta averiguar con la colaboración de su colega Chandra Roychoudhuri, físico experimental especializado en dispositivos láser. A ninguno de los dos les falta entusiasmo y no son pocos los científicos que les apoyan, a pesar de lo descabellada que pueda parecer la idea.
El cineasta Spike Lee, comprometido con la causa negra, ha comprado con dinero de su propio bolsillo los derechos de «Time Traveler», atraído por la historia de Mallet; uno de los primeros afroamericanos que se doctoró en física teórica, un hombre que sufrió rechazos sociales, conoció de cerca la pobreza y se superó así mismo desde la adoración a un padre siempre presente en sueños.
Mucho más en: tendencias 21 (Mario Toboso), Discovery Channel (documental), National Geographic (documental), Mallet en la CNN (vídeo y transcripción en inglés), spacedaily (Michael Brooks)