
El escepticismo no es una postura, sino una actitud y, además, se puede aprender. Basta con aplicar el pensamiento científico y fomentar el espíritu crítico. Nos lo transmite Michael Shermer, historiador de la ciencia y psicólogo, que desde hace años intenta comprender por qué pseudociencia y pseudohistoria tienen tantos adeptos en la sociedad de hoy.
Se interna así en la oscura selva de lo mágico y la superstición, analiza las bases del nuevo creacionismo y del movimiento que niega el Holocausto y, con el fin de comprender, desmonta piezas, señala errores, ofrece sencillas razones sin acudir a creencias, sin construir mitos. Son éstos los senderos que propone en su obra «Por qué creemos en cosas raras«, un clásico de la divulgación científica publicado por primera vez en 1997 y traducido al español en el 2008.
Shermer se hizo escéptico, pero no siempre lo fue. Tal vez por ello se muestra cauteloso y respetuoso en su exposición, aunque firme y sincero. Utiliza datos en sus pasos, recuerda la ausencia o presencia de pruebas y nos habla del proceso de formar creencias, de cómo lo llevamos integrado, de lo útil que ha sido, y para muchos aún es, para la supervivencia, para aprender qué entornos son peligrosos y potencialmente mortales, para reducir la ansiedad cuando nos sentimos inseguros.
Seguimos adscritos a ideas mágicas, y una de las razones es que el pensamiento científico moderno tiene tan sólo 200 años de vida frente a los 200.000 de la humanidad. No parece pues descabellado creer en «cosas raras»; creer en algo falso o rechazar algo verdadero. Pero tenemos los medios para discernir.
Vídeos para saber algo más sobre Shermer: entrevista con subtítulos en español para el programa mexicano «La Ciudad de las Ideas» (26:24 min), Shermer presenta 5 libros suyos desde Skeptic Magazine (3:50 min) y conferencia de Shermer en TED (13:26 min) con subtítulos en español.